viernes, 30 de agosto de 2013
FERIA DE LAS CIENCIA
OBJETIVO GENERAL
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¿Qué es la Feria de Ciencia y Tecnología? | ![]() | ![]() | ![]() |
Escrito por Dpto Ciencia y Tecnología | |
Miércoles, 05 de Mayo de 2010 15:05 | |
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Esta actividad tiene como objetivo promover y desarrollar la investigación dentro y fuera del aula, en la búsqueda de una mayor y mejor interacción entre docentes, alumnos e investigadores experimentados. Al mismo tiempo, los estudiantes tienen la oportunidad de interiorizarse en los métodos de la ciencia en la búsqueda de la innovación; y utilizarlos para conocer más sobre sus propias realidades. De esta forma se estimula la creatividad a través de la realización de proyectos a largo plazo y se enriquece la dinámica de trabajo en grupos.
Las Ferias suponen un esfuerzo compartido de toda la comunidad educativa; involucran e integran a las familias y a las diferentes instituciones. Cada año, la Feria consta de varias instancias (institucional, zonal, provincial, nacional e internacional) y abarca las áreas de Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Ciencias Exactas e Ingeniería y Tecnología.
Descarga:Secretaría de Ciencia y Tecnología - Departamento Ciencia y Tecnología Av. Los Incas s/n, Centro Cívico Grand Bourg, Block 1, PB. Tel: (0387) 4324357 - E-mail: cienciaytecnologia@edusalta.gov.ar Skype: cienciaytecnologiasalta | |
Promover y desarrollar la investigación dentro y fuera del aula, en la búsqueda de una mayor y mejor interacción entre Instituciones Educativas Oficiales y No Oficiales, alumnos e investigadores. Al mismo tiempo, ofrecer la oportunidad a la comunidad educativa de interiorizarse en los métodos de la ciencia en la búsqueda de la innovación; y utilizarlos para conocer más sobre sus propias
realidades, estimulando la creatividad a través de la realización de proyectos que enriquezca la dinámica de la investigaciòn.
realidades, estimulando la creatividad a través de la realización de proyectos que enriquezca la dinámica de la investigaciòn.
OBJETIVOS ESPECÌFICOS:
Convocar a las Instituciones Educativas Oficiales y No Oficiales a presentar sus proyectos de investigación en el área de la Ciencia y la Tecnologìa. Motivar a los docentes y estudiantes a desarrollar experimentación e investigación en torno a la Ciencia y la Tecnologìa y a reconocer los desarrollos que se realizan en las Instituciones Educativas. Propiciar espacios de encuentro a las Instituciones Educativas para que se observen, se motiven en la importancia de desarrollar procesos de enseñanza aprendizaje entorno a la creatividad de sus estudiantes.
Otorgar estímulos a las Instituciones Educativas Oficiales y No Oficiales que presenten experiencias significativas en Ciencia y Tecnologìa.
Evidenciar componentes de desarrollo educativo de investigación relacionados con el arte, la cultura, ecología entre otros procesos significativos dadas al interior de las Instituciones Educativas. 
sábado, 24 de agosto de 2013
viernes, 23 de agosto de 2013
CIUDAD FANTASTICA
Hacían también las promesas más inverosímiles: querían ir a la Ciudad Fantástica. Claro que solamente podían ir niños llenos de fantasía, que quisieran mucho a Papa Noel, a los Reyes Magos, al Ratoncito Pérez, que de vez en cuando se encontraran a los Gnomos en los bosques o se hubieran encontrado algún árbol mágico en su vida, o visto un Hada aunque no estuvieran seguros si era un Hada o no.
Los papás de vez en cuando dejaban que sus hijitos fueran a la preciosa Ciudad, sobre todo si ellos fueron en su niñez allí.
Al llegar al aeropuerto, tenían que pasar por un detector de niñez, cuando se colaba un no-niño, el arco hacía piiip-piiip-piiip y volvía a su casa en una burbuja de tiempo, sin ningún problema ni tristeza, con los ojitos cerrados veía una película de su estadía anterior en la Ciudad y si nunca había estado, el detector de niños le regalaba imagenes de película de la Ciudad que lo llenaran de felicidad.
Al no hacer piiip, tenían que mojar sus manitos en dos fuentes con agua, la derecha era para saber la inteligencia y la izquierda para saber los sentimientos del niño, una vez grabadas en las aguas, quedaba en la memoria para todo lo que hicieran en la Ciudad, entonces podía nadar por primera vez, no era una piscina profunda ni muy larga, lo suficiente para que el nadador dejara los enfados, las tristezas, las angustias, rabietas, y todas esas cosas que tanto daño hacen. Salían sonrientes y satisfechos.
Comité de bienvenida
El comité de bienvenida no podía ser menos que los osos, todos ellos estaban ahí: los osos panda, los osos pardos, los osos polares, los osos hormigueros; para abrazarlos, dejarse agarrar por las orejitas, para que se recostaran en sus panzas gordotas y jugar el rato que quisieran con ellos.
Como la Ciudad tenía varios niveles, se organizaban grupos para que no se llenaban todos los mismos lugares.
Unos empezaron a dar un recorrido en elefante por el nivel bajo, para ver las cosas que después podrían hacer, los elefantes estaban esperándolos sentados en fila india y, con ayuda de una escalera, subían tres en cada uno.
Unos empezaron a dar un recorrido en elefante por el nivel bajo, para ver las cosas que después podrían hacer, los elefantes estaban esperándolos sentados en fila india y, con ayuda de una escalera, subían tres en cada uno.
El guía era ni más ni menos que un precioso loro, cada guía-loro era de distintos colores, y les contaba todas las cosas que habían.
- Allí están las avestruces, decían los guía-loros, aunque se dice que son muy miedosas, en esta ciudad no tienen nunca miedo, lo que verdaderamente les gusta es correr, y los que quieran pueden ir a hacer carreras montados en ellas.
- Allá están las tortugas que también hacen carreras pero no subiéndote en ellas, sino tirando de una cuerdita con una lechuga al final, pero cuidado, advertía el guía-loro con risitas, porque son un poco tramposas a veces.
- Para subir a los otros niveles, tienen que usar a nuestras jirafas-ascensores, se suben a las cabezas y ellas los impulsan hasta el nivel medio o alto, en el medio hay unas camas elásticas en las que caen y rebotan muy despacito. En el alto han de llevar el murciélago-paracaídas que se abre automáticamente.
Yo solamente les puedo contar las cosas que hay en la planta baja o nivel animal. - Para los que quieran tener una imagen completa de la ciudad pueden ir allí, señalaba con su ala el guía-loro, al avi-puerto, los vuelos se hacen solamente de a un niño por vez, y es una nave triangular con un condor a la cabeza, catorce tucanes multicolores para terminar el triangulo y otro guía-loro, quien explicará todas las cosas desde el aire.
- Antes que me olvide, advertía el parlanchín, para cada cosa que quieran hacer, van a tener que poner su mano derecha en la fuente con agua, un loro-ayudador les hará una adivinanza, si la hacen bien, pueden continuar, y si se equivocan, les tocará algo más sencillo, de acuerdo con la dificultad de la adivinanza.

Un grupo de niños optó por ir a la playa, allí se encontraron con unos cuantos delfines-barca dispuestos a llevarlos a dar un paseo, por cada barca de cuatro delfines podían subir solo seis niños, pasando ambas manos por las fuentes de agua y adivinando la adivinanza para ver qué tipo de viaje podían hacer.
Una vez que estuvieran un poco mar adentro, empezaba un gran show de delfines saltarines y mirando hacia abajo de la barca, através de un suelo transparente, un baile de peces alegres.

Cuando llegaban de su viaje marino, podían concursar haciendo castillos de arena, antes de empezar tenían que mojar su mano derecha para calibrar su inteligencia y al terminar la construcción, la izquierda para medir el cariño puesto, el ganador tenía como gran recompensa que su castillo se convertía en uno real durante toda su estadía en la Ciudad.
Aquella frontera de la Ciudad Fantástica estaba poblada de bellísimos castillos, con todas las ilusiones de los niños hechas realidad.
El dueño del castillo se convertía en Principe del Castillo de las Ventanas, o de los Picos, o de los Puentes o lo que fuera que resaltara de la ingeniosa obra arquitectónica.
El dueño del castillo se convertía en Principe del Castillo de las Ventanas, o de los Picos, o de los Puentes o lo que fuera que resaltara de la ingeniosa obra arquitectónica.
En el nivel mediano se encontraban los juegos con cubos que se podían usar para hacer construcciones enormes, trepar, combinar colores, formas geométricas distintas o hacer un robot con cubos de tela, y que después se mueve simplemente al escuchar la voz de su creador — sin olvidarse de mojar las dos manos a la vez en sus respectivas fuentes–, pelotas gigantes con las que poder saltar como un canguro, redes para subir y jugar a ser el hombre araña, y tantas cosas para subir, poner, quitar, revolver, disfrazar, que no se terminaría nunca de explicar.
Si subían al nivel alto, tenían que mojar a la entrada sus dos manitos, porque aquí todo funcionaba de acuerdo con la edad y la sensibilidad de los chiquitos.
Una de las primeras cosas que se encontraban era una banda de payasos-músicos que cantaba y tocaba todas las canciones infantiles de siempre, y si por casualidad alguien cumplía años, se le cantaba su canción correspondiente. Los mismos músicos guiaban a los pequeños por todo este nivel, llevándolos mágicamente por todas las atracciones.
El redoble de los tambores anunciaba algo excitante y sorprendente que hizo por un momento un silencio que se oía desde lejos …
EL PAJARITO PERESOSO
Había una vez un pajarito simpático, pero muy, muy perezoso. Todos los días, a la hora de levantarse, había que estar llamándole mil veces hasta que por fin se levantaba; y cuando había que hacer alguna tarea, lo retrasaba todo hasta que ya casi no quedaba tiempo para hacerlo. Todos le advertían constantemente:
- ¡eres un perezoso! No se puede estar siempre dejando todo para última hora...
- Bah, pero si no pasa nada.-respondía el pajarito- Sólo tardo un poquito más que los demás en hacer las cosas
Los pajarillos pasaron todo el verano volando y jugando, y cuando comenzó el otoño y empezó a sentirse el frío, todos comenzaron los preparativos para el gran viaje a un país más cálido. Pero nuestro pajarito, siempre perezoso, lo iba dejando todo para más adelante, seguro de que le daría tiempo a preparar el viaje. Hasta que un día, cuando se levantó, ya no quedaba nadie.
Como todos los días, varios amigos habían tratado de despertarle, pero él había respondido medio dormido que ya se levantaría más tarde, y había seguido descansando durante mucho tiempo. Ese día tocaba comenzar el gran viaje, y las normas eran claras y conocidas por todos: todo debía estar preparado, porque eran miles de pájaros y no se podía esperar a nadie. Entonces el pajarillo, que no sabría hacer sólo aquel larguísimo viaje, comprendió que por ser tan perezoso le tocaría pasar solo aquel largo y frío invierno.
Al principio estuvo llorando muchísimo rato, pero luego pensó que igual que había hecho las c
osas muy mal, también podría hacerlas muy bien, y sin dejar tiempo a la pereza, se puso a preparar todo a conciencia para poder aguantar solito el frío del invierno. Primero buscó durante días el lugar más protegido del frío, y allí, entre unas rocas, construyó su nuevo nido, que reforzó con ramas, piedras y hojas; luego trabajó sin descanso para llenarlo de frutas y bayas, de forma que no le faltase comida para aguantar todo el invierno, y finalmente hasta creó una pequeña piscina dentro del nido para poder almacenar agua. Y cuando vio que el nido estaba perfectamente preparado, él mismo se entrenó para aguantar sin apenas comer ni beber agua, para poder permanecer en su nido sin salir durante todo el tiempo que durasen las nieves más severas.
Y aunque parezca increíble, todos aquellos preparativos permitieron al pajarito sobrevivir al invierno. Eso sí, tuvo que sufrir muchísimo y no dejó ni un día de arrepentirse por haber sido tan perezoso.
Así que, cuando al llegar la primavera sus antiguos amigos regresaron de su gran viaje, todos se alegraron sorprendidísimos de encontrar al pajarito vivo, y les parecía mentira que aquel pajarito holgazán y perezoso hubiera podido preparar aquel magnífico nido y resistir él solito. Y cuando comprobaron que ya no quedaba ni un poquitín de pereza en su pequeño cuerpo, y que se había convertido en el más previsor y trabajador de la colonia, todos estuvieron de acuerdo en encargarle la organización del gran viaje para el siguiente año.
Y todo estuvo tan bien hecho y tan bien preparado, que hasta tuvieron tiempo para inventar un despertador especial, y ya nunca más ningún pajarito, por muy perezoso que fuera, tuvo que volver a pasar solo el invierno.
- ¡eres un perezoso! No se puede estar siempre dejando todo para última hora...
- Bah, pero si no pasa nada.-respondía el pajarito- Sólo tardo un poquito más que los demás en hacer las cosas
Los pajarillos pasaron todo el verano volando y jugando, y cuando comenzó el otoño y empezó a sentirse el frío, todos comenzaron los preparativos para el gran viaje a un país más cálido. Pero nuestro pajarito, siempre perezoso, lo iba dejando todo para más adelante, seguro de que le daría tiempo a preparar el viaje. Hasta que un día, cuando se levantó, ya no quedaba nadie.
Como todos los días, varios amigos habían tratado de despertarle, pero él había respondido medio dormido que ya se levantaría más tarde, y había seguido descansando durante mucho tiempo. Ese día tocaba comenzar el gran viaje, y las normas eran claras y conocidas por todos: todo debía estar preparado, porque eran miles de pájaros y no se podía esperar a nadie. Entonces el pajarillo, que no sabría hacer sólo aquel larguísimo viaje, comprendió que por ser tan perezoso le tocaría pasar solo aquel largo y frío invierno.
Al principio estuvo llorando muchísimo rato, pero luego pensó que igual que había hecho las c
osas muy mal, también podría hacerlas muy bien, y sin dejar tiempo a la pereza, se puso a preparar todo a conciencia para poder aguantar solito el frío del invierno. Primero buscó durante días el lugar más protegido del frío, y allí, entre unas rocas, construyó su nuevo nido, que reforzó con ramas, piedras y hojas; luego trabajó sin descanso para llenarlo de frutas y bayas, de forma que no le faltase comida para aguantar todo el invierno, y finalmente hasta creó una pequeña piscina dentro del nido para poder almacenar agua. Y cuando vio que el nido estaba perfectamente preparado, él mismo se entrenó para aguantar sin apenas comer ni beber agua, para poder permanecer en su nido sin salir durante todo el tiempo que durasen las nieves más severas.
Y aunque parezca increíble, todos aquellos preparativos permitieron al pajarito sobrevivir al invierno. Eso sí, tuvo que sufrir muchísimo y no dejó ni un día de arrepentirse por haber sido tan perezoso.
Así que, cuando al llegar la primavera sus antiguos amigos regresaron de su gran viaje, todos se alegraron sorprendidísimos de encontrar al pajarito vivo, y les parecía mentira que aquel pajarito holgazán y perezoso hubiera podido preparar aquel magnífico nido y resistir él solito. Y cuando comprobaron que ya no quedaba ni un poquitín de pereza en su pequeño cuerpo, y que se había convertido en el más previsor y trabajador de la colonia, todos estuvieron de acuerdo en encargarle la organización del gran viaje para el siguiente año.
Y todo estuvo tan bien hecho y tan bien preparado, que hasta tuvieron tiempo para inventar un despertador especial, y ya nunca más ningún pajarito, por muy perezoso que fuera, tuvo que volver a pasar solo el invierno.
lo bueno que se vive
IVAN MADRID LO BUENO QUE SE VIVE LA VIDA ES HERMOSA TENEMOS QUE VALORARLA SI LA VIDA NO SE VALORA NOSOTROS SUFRIMOS NO POR QUE NOSOTROS SE AMOS DUEÑOS DE NUESTRA VIDA TENEMOS QUE A SER LO QUE SE NOS DE LA GANA CON ELLA NO PODEMOS TIRAR NUESTROS SUEÑOS POR LA BASURA TENEMOS QUE LUCHAR ASTA AL CANSAR NUESTRAS METAS FINALES
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